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Leishmaniosis

¿Qué es la leishmaniosis y cómo se transmite?

La leishmaniosis es la enfermedad grave causada por parásitos del género Leishmania. Se trata de un género de protozoos que afectan a mamíferos (mayoritariamente perros) y que se transmiten principalmente por la picadura de flebotomos. Estos son insectos parecidos a los mosquitos, que ingieren sangre de animales infectados con el parásito. Leishmania requiere de una serie de cambios dentro de este «mosquito», antes de que este pueda infectar a otros perros mediante su picadura.

Aunque es menos frecuente, también se ha demostrado la posibilidad de transmisión transplacentaria (de una madre infectada a los fetos) y mediante contacto sanguíneo directo (por ejemplo, en transfusiones de sangre).

Flebotomo (Phlebotomus perniciosus)

¿Qué animales pueden contraer leishmaniosis?

El perro es el principal animal de compañía que se ve afectado por la enfermedad, y por lo tanto en el que diagnostica con mayor frecuencia. Sin embargo, puede afectar a otros mamíferos y cada vez se diagnostican más casos de leishmaniosis en gatos. Recientemente se ha descrito el caso de un hurón doméstico afectado por dicha enfermedad. Cabe recordar que es una enfermedad zoonótica, ya que también puede afectar a personas.

¿En qué zonas de España está presente la leishmaniosis?

La prevalencia de la enfermedad depende en gran medida de las condiciones climatológicas, puesto que afecta a la distribución de los flebotomos (necesita climas cálidos y húmedos). Se trata de una enfermedad ampliamente extendida por el territorio nacional, con especial incidencia (y por lo tanto mayor riesgo y exposición) en la cuenca mediterránea. Sevilla y las provincias limítrofes son zonas de alto riesgo.

Seroprevalencia de infección por Leishmania infantum en perros en España.

¿Cómo se manifiesta la leishmaniosis?

Simplificando el proceso, que es bastante complejo, podemos decir que una vez el flebotomo pica a un animal, le transmite el parásito;  este se reproduce inicialmente en la sangre, para después llegar al resto de órganos del cuerpo. Dependiendo de la respuesta inmune del animal, el animal puede enfermar y mostrar signos clínicos.

La leishmaniosis canina es una enfermedad sistémica grave que puede afectar a cualquier órgano, dando lugar a signos clínicos variables en cada animal según su afectación. En perros, las lesiones dermatológicas, los problemas gastrointestinales, adelgazamiento, sangrados espontáneos y/o las artritis son relativamente frecuentes. Asimismo existe posibilidad de afectación del riñón, que provoca la aparición insuficiencia renal crónica, siendo ésta la causa más frecuente de muerte en perros que padecen leishmaniosis.

¿Qué métodos de prevención y control existen?

1.- Evitar la picadura del flebotomo. Una de las principales estrategias de prevención es evitar que el flebotomo pique a nuestra mascota. El uso de collares y pipetas es fundamental en este punto. Recordamos la importancia de usar únicamente aquellos productos que estén registrados para su uso contra el flebotomo transmisor de la leishmaniosis, ya que no todos los collares y pipetas poseen la misma eficacia. Los flebotomos son principalmente crepusculares, y por  tanto sus máxima actividad se concentra al amanecer y al atardecer. Los perro de pelo corto y aquellos que viven en exterior tienen más riesgo, al tener más posibilidades de entrar en contacto con los flebotomos.

2.- Reforzar la respuesta inmune adecuada. Debido a que la protección de productos repelentes contra las picaduras no son 100% eficaces, es necesario reforzar el sistema inmune del perro. Esto es, que en el caso de que algún flebotomo portador de Leishmania llegue a picar, consigamos que el animal elimine el parásito en lugar de diseminarlo a todo su organismo. Para ello existen:

  • Vacunas: actualmente existen dos laboratorios que han desarrollado vacunas frente a la leishmaniosis. Hay que recordar que el uso único de la vacuna no previene al 100% la enfermedad, por lo que resulta imprescindible mantener el uso de productos repelentes.
  • Jarabe para la estimulación de la inmunidad celular específica: se trata de un jarabe que se administra vía oral durante dos meses al año (normalmente en junio y en octubre). Contribuye a reforzar la respuesta inmune adecuada en nuestro perro, reduciendo la posibilidad de desarrollo de una infección activa. También es necesario usarlo junto a productos repelentes.

3.- Test rápidos anuales o serologías: Es altamente recomendable testar a nuestros perros al menos una vez al año, para asegurarnos de que no han sido contagiados. Aunque usemos todos los métodos de protección de manera adecuada, siempre existe un cierto riesgo de contraer la enfermedad (depende también de la raza y estilo de vida del animal). Si realizamos test anuales, tendremos más posibilidades de detectar la enfermedad en estadíos tempranos, facilitando el tratamiento precoz y mejorando el pronóstico.

En Hispalvet Veterinarios estaremos encantados de resolver tus dudas sobre esta enfermedad, y aconsejarte de cuál es la forma de prevención que mejor se adapte a ti y a tu mascota.

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