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El entropión hace referencia a una anomalía de los párpados, en la cual los bordes palpebrales se pliegan o invierten en dirección hacia la superficie del ojo. Esta situación causa que las pestañas rocen la córnea. El entropión puede afectar al párpado superior, al inferior o a ambos. Además, puede ser congénito (animales que nacen con el defecto) o adquirido (desarrollo por una herida o cicatriz en los párpados, cambios en el tamaño del ojo, dolor…).

En la mayoría de casos el animal nace con esta anomalía, que puede variar a medida que se completa el desarrollo del cráneo. En algunos animales el entropión se resuelve, mientras que en otros disminuye o incluso puede llegar a aumentar.  Aunque se trata de una patología que puede presentarse en cualquier animal, es especialmente frecuente en razas predispuestas como Bulldog inglés, Shar pei, Chow-chow, Setter irlandés, Labrador retriever, golden retriever, San Bernardo, Rottweiler y gran danés.

El grado de inversión (la cantidad de párpado que está girado) en general está relacionado con los síntomas que puede presentar el animal. Entre los más comunes se incluyen:

• Lagrimeo o legañas excesivas.
• Inflamación o enrojecimiento de los párpados.
• Dolor que se manifiestan con cerrar el ojo más de lo normal (blefaroespasmo).
• Úlceras corneales.
• Queratitis no ulcerativa: manchas oscuras o vasos sanguíneos en la córnea.

El tratamiento del entropión es quirúrgico. Existen diferentes técnicas quirúrgicas, que se emplean en función de la causa y localización del entropión. Por ejemplo, no es lo mismo que el entropión esté causado por un párpado demasiado largo que se enrolla sobre sí mismo, que bien sea secundario a un exceso de piel en la frente (hace que los párpados tengan más peso). Conocer la técnica quirúrgica adecuada para cada caso es fundamental para resolver el problema.

En Hispalvet Veterinarios contamos con un servicio especializado de Oftalmología Veterinaria, y podemos asesorarte acerca del tratamiento más adecuado.